Uno de los grandes desafíos que siguen teniendo las organizaciones es el de la gestión de la comunicación interna de empresas grandes y pequeñas y, de manera muy especial de las estrategias de comunicación institucional.
La comunicación interna existe con el nacimiento de las propias organizaciones, es algo transversal e inherente a una entidad, aunque no fue hasta los años 70 y 80 cuando se empieza a abordar como disciplina y, en décadas más recientes, cuando se entiende su gestión como un elemento estratégico de la organización.
En la comunicación interna de la empresa participan todos sus públicos internos e influye en la forma de cómo estos perciben y asumen cada uno la organización de la que forman parte o en la que participan. Los empleados deben ser nuestro primer público, y así deben reconocerse, y pueden llegar a ser nuestros mejores prescriptores, embajadores de nuestra marca (‘Employer branding’), y por lo tanto, los primeros creadores de la buena reputación externa.
Así, algunos de los objetivos y beneficios de la gestión de la comunicación interna dentro de la estrategia de comunicación corporativa son:
- La importancia de que los empleados estén informados y de conocer sus opiniones supone generar un entorno participativo, colaborativo y de transparencia.
- Permite dar a conocer los logros y los hitos, y promueve el sentimiento de pertenencia, la motivación y la satisfacción de los empleados, y por tanto la implicación y el desempeño.
- Un entorno que favorece la participación contribuye a incentivar la creatividad y el surgimiento de nuevas ideas, proyectos y oportunidades para la empresa.
- Mejora del ambiente laboral y de la cohesión de los equipos humanos.
- Contribuye al logro de los objetivos comerciales y estratégicos.
- Promueve la cultura corporativa.
- Ayuda a la captación y retención de talento.
La consecución de estos objetivos requiere establecer un plan de comunicación específico, con hitos, eventos y objetivos medibles, y utilizando para ello herramientas y canales de comunicación concretos, e indefectiblemente con una alineación estrecha entre la estrategia de comunicación externa e interna como un todo, y una coherencia entre los mensajes y valores que se transmiten.
La buena gestión de la comunicación interna es esencial cuando se dan cambios organizativos o procesos de cambio de calado como puede ser la incorporación de nuevos procesos y metodologías, las ventas o fusiones, la renovación de los equipos directivos, o cualquier otra situación que pueda generar incertidumbre o desconfianza.
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Agencia comunicación Zaragoza